"El escritor es un ingeniero del alma"

sábado, 6 de mayo de 2017


Simplemente la cosa se complicó. El principio del final se acercaba y los planes se improvisaron.
Nadie nunca supo qué pensaba, cuando miraba a través de la ventana, en las solitarias noches de mayo. Nadie descubrió jamás a quién volvía a encontrar en medio de aquella oscuridad.

martes, 4 de abril de 2017


Amar es participar en un campeonato donde día a día corres a 200 kilómetros por hora sin miedo a ningún obstáculo.
Lo haces porque queréis ser mejores, la velocidad os hace mejores.
El tiempo corre a vuestro alrededor y vosotros seguís en la carretera, luchando por llegar a la meta.
Pero de repente uno de los dos frena, ha habido una curva cerrada y el miedo a chocar es mayor que la confianza.
Es ese momento, justo cuando disminuyes la velocidad, has perdido a esa persona para siempre.
Y tras ello da igual cuanto aceleres, te empeñes o insistas. Nunca volverás a estar a la misma velocidad.

domingo, 5 de marzo de 2017


En teoría de conjuntos, un elemento o miembro de un conjunto (o familia de conjuntos) es un objeto que forma parte de ese conjunto (o familia). De esta forma A= {1, 2, 3, 4}. Estos cuatro números forman dicho conjunto, pudiéndose crear entre ellos subconjuntos. Sin embargo, ¿qué pasaría si alguno de estos elementos desapareciera? El conjunto quedaría incompleto, y dejaría de de denominarse A, pasando a ser uno nuevo.
Hay situaciones en las que no puedes hacer nada debido al desconocimiento. Crees que sabes qué ha ocurrido, las causas o las consecuencias de un hecho en concreto. Tienes constancia de un conjunto de vivencias y cómo esa persona ha reaccionado ante ellas. Sin embargo, al igual que en los conjuntos, desconoces cada uno de los elementos que la conforman.
A veces, no hay forma de entenderlo. A veces, por mucho que quieras, no puedes borrar cada uno de los elementos que hayan dañado a alguien que quieres. Porque sin ellos, buenos o malos, dejaría de ser esa persona.
Y nadie a nadie le gusta dejar de ser.

miércoles, 28 de diciembre de 2016



Ten siempre presente que eres tú quien decide quien entrará en tu vida.
Las personas que harán fuego, aquellos que pasarán como brisa, los que erosionarán una parte de tu ser.
Y el resto, arrójalo al mar.

Y como cada noche los fantasmas del otro lado vendrán a recordarte las grietas aún sin cerrar.
La cicatriz aún escuece y las lágrimas parece que no se han terminado de secar.
A veces, en medio de la oscuridad, desearías gritar al mundo que aún duele.
Que aún duele,
y dolerá.

El alma es como un trozo de papel. Se agrieta, rasga y arruga hasta niveles insospechables. Escribimos sobre ella, nos escriben, tachan, subrayan y garabatean. Y tras eso, tras ser mojada, rota y doblada, intentamos mantenerla.
¿Pero sabes qué?, una vez rasgado, agrietado, pintado, magullado... el papel nunca vuelve a su forma original.
Nunca volverá a ser igual.
Nunca me gustó irme a dormir con esa horrible sensación que da saber que mis señales de humo ya no le interesan a ningún cuerpo de rescate.