Abrí la puerta y todas las voces sonaron al unísono. “Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz…” El confeti comenzó a aparecer por todas partes.
Pude leer en unos ojos tan pequeños el significado de la palabra ilusión y escuchar en cada beso la definición de felicidad. Es verdad aquello de que no hace falta grandes momentos, sino muchos pequeñitos.
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