
El viento de acaricia la cara y un solo olor inunda todos tus sentidos: naturaleza. En este momento el único sonido existente es el silbido de las hojas al bailar con el viento. Y el único color el azul, azul cielo. Y es en ese preciso instante cuando te das cuenta de que nada es demasiado importante ahora. Has dejado de sentir y pensar, haciendo que por unos segundos todos los problemas volaran lejos a merced del viento dejándote un dulce sabor de boca.
Aun puedo tocar la felicidad…
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