
Como un niño que al ver la luna extiende la mano mientras exclama: ¡Mamá mira, puedo cogerla!
No me importaría pasar mi vida manteniendo esa sensación. El saber que quizás puedas alcanzar lo inalcanzable. Cuanto añoramos nuestros años pasados... Y cuanto daríamos por volver a ser aquellos que mirando el cielo, brincabamos con los ojos nublados de alegría... intentando/consiguiendo algo que para los demás sería imposible.
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