
Almas diluidas escapan de nuestras manos...
Puedes seguir preguntándole a tu cabeza cuantas veces desees, pero siempre encontrarás la misma respuesta: eso es cosa del corazón.
* Quizás solo necesitaba una última oportunidad. Mirarte con dulzura de nuevo y decirte muy bajito: si algún día deseas volver, estaré esperándote.
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