Crash

La capacidad de amar un poco a todo el mundo te llevará a odiarte,
la imposibilidad de amarte a ti misma solo traerá el vacío.

Me enamoro de miradas perdidas en medio de avenidas donde nadie se conoce y todos desean escapar de la soledad del anonimato. Respiro hondo y continuo caminando entre la multitud de cuerpos que sonríen vagamente bajo un sol que comienza a regalarnos algo más de calor. Las parejas entrelazan sus manos como si de un pacto de confidencialidad se tratara. Los amigos hablan de aspectos irrelevantes a la vida agradeciendo el regalo de una compañía placentera con la que poder ser quienes son. Señores ataviados con traje cruzan alterados los semáforos con la esperanza de ahorrar un poco de tiempo cuando están perdiendo toda una vida.
Continúo mi solemne marcha al ritmo de cualquier melodía que sirva de banda sonora al espectáculo de la vida. Pero cuando más inmersa en mi mundo parezco entrar creo divisarte en la lejanía: distraído, absorto en tus pensamientos, como si para ti el mundo no girara bajo tus pies. Levantas la vista mientras una sonrisa comienza a aparece en la comisura de tus labios y no puedo evitar ser un poquito más feliz.

La capacidad de amar un poco a todo el mundo te hará apreciar todo aquello que te rodea,
la imposibilidad de querer a alguien como él espera no significa que no le quieras.