"El escritor es un ingeniero del alma"

sábado, 12 de marzo de 2016



Quería escribir sobre todo, sobre todos. Amar la belleza superflua de un desamor a primera vista y refugiarme en el escándalo de lo inapropiado que es vivir como has de vivir. Soportaba el peso de los sueños bajo la decadencia de una consciencia inequívoca que nos oprimía en nuestras acciones. Luchaba por encontrarle el pulso al latir de un sentimiento cuyo fin no es más allá de la evolución de animal a fiera humana.
Quería escribir sobre todo, sobre todos. Quería escribir sobre mi.

miércoles, 9 de marzo de 2016


Quisiera contemplar la vida como si de una ventana se tratase. Cuando estuviese alegre, jubilosa, optimista; mirar a través de ella y bañarme en su risueña realidad. Y al estar triste, afligida, taciturna; cerrar, correr las cortinas y envolverme en la más absoluta penumbra.
Vislumbraría a través del los bisillos que comprenden esa funesta, y a la vez necesaria, neblina que nos empaña el juicio en más de una ocasión. Rozaría con la punta de los dedos las gotas que empaparían cada mañana el rocío que deja una noche cargada de sueños. Me sentaría muy cerca de ella con el fin de recibir los primeros rayos de sol en la mañana fresca de primavera.
Poder mirar sin me vean. Regocijarme en la certeza de saber que solo soy yo dueña de esa realidad encuadrada. Esperando ansiosa la llegada de cada gota de sol a mi ventana.

Ahora que no jugamos a mentirnos jugando. Que hemos aprendido a jugar con la mentira mientras los sentimientos mienten sobre su muerte. Cuando nos coronamos como mentirosos en un hipotético juego con una sola tirada, la de la verdad.
Ahora, que la mentira es la que juega a jugar con nosotros. Ahora que ya no jugaremos a mentirnos nunca más.