Tener miedo siempre fue algo humano y a la vez necesario. Saber que hay cosas dañinas, imposibles, nos hará cobijarnos en aquello que más nos resguarde para sentirnos un poco menos acompañados de soledad. Todo el mundo entra en nuestras vidas como si de una estrella fugaz se tratase, atravesándonos por completo y haciéndonos cambiar los esquemas hechos. Sin embargo, una vez que la estrella ha traspasado nuestro umbral de visión el dolor de la pérdida nos acompaña para siempre, ya que no solo ha conseguido introducirse en nuestra atmósfera, sino también rasgar lo más profundo de nuestro interior.
Tengo miedo a tener miedo. A perderte, a dejarte marchar poco a poco. A no encontrarte tras cada llamada de socorro ante un mundo insensible a nuestro dolor.

Reconocí al despertar la posibilidad de que cada día la distancia que nos separa sea aún mayor. Puede que el proverbio que nos augura que la lejanía hace el olvido me lleve a la inseguridad y satisfacción al mismo tiempo. Inseguridad, al saber que podrás hacer desaparecer cada uno de los recuerdos que ambos construimos sobre cimientos de humo. Satisfacción por la difuminación que el sentimiento hará en mi corazón esparciéndolo lentamente sobre el aire que respiro.
Nuestros caminos se bifurcan hacia senderos insospechables siendo conscientes de la escasa posibilidad de volverlos a unir bajo una misma tierra. A veces creo que puedo verte en el horizonte, manteniéndo esa mirada gélida que consigue paralizarme. Sorprendiéndome entre el humo de mis recuerdos.

Hace unos días me establecieron una cuestión que decía que si tan solo pudieras darle una razón a alguien para quedarse, cuál sería la misma. Bueno, tras algún tiempo de reflexión creo que lo más adecuado sería lo siguiente:
No te prometo que soy la mejor persona con la que puedes estar, es más, creo que hay miles de personas mejores. Tal vez no te trate todos los días tal y como esperas y puede, que me merezca estar sola más de alguna vez. Pero si te quedas, si al fin decides vencer todos esos miedos que te atormentan y das un paso adelante, prometo estar cien por cien a tu lado. Siempre que lo necesites, sin condición ni trabas alguna. Porque sabes (y sé) que sería capaz de perdonarte todo una y otra vez.
Porque sabemos que hay algo más allá de esa sonrisa que juega a escondidas con tu mirada. Porque si tú te quedaras...

"No te merezco pero te daría todo, cualquier cosa que quieras, sin dudarlo."

El amigo de mi hermana

Ojalá algún día todas estas cuestiones sin respuesta pudieran ser resueltas para así poder librarme de la pesadumbre que la ignorancia arrastra a este aliento cansado e iluso. Todos tenemos una serie de inquietudes que nos hunden en la desesperación hacia lo desconocido e incierto que nos trae la vida. Quisiera poder saber qué pasará cuando decida dejar de luchar en contra de la marea, el día en el que tan solo me deje persuadir por la inercia gravitatoria de mundo.
Entonces, y solo entonces, podré decir que me di por vencida ante las interrogaciones que me acechan a cada paso. Porque desconozco muchas cosas y las que conozco me resultan apenas insignificantes, pero si mezclo lo que soy con mis aspiraciones y les añado una pizca de todos mis sueños quizás decida seguir remando hacia un paraje inexplorado.