"El escritor es un ingeniero del alma"

jueves, 10 de diciembre de 2015


Huir cuando aún no has llegado.
Sin apenas haber dejado tiempo para instalarte. Correr en dirección contraria sin mirar atrás con la única premisa de sentirte libre entre las rejas de una realidad cada vez más parecida a escaparate de tienda en centro de ciudad. Respirar entre el ahogo de una masa cuyos rostros apenas perceptibles comienzan a perderse en tu memoria a medida que avanzas calle alante.
Nunca se te dieron bien las despedidas, y menos aún cuando el silencio es el encargado de darlas.

Huir cuando aún no has llegado. Huir porque aún no has encontrado motivo para quedarte. Huir, porque siempre huyes.
Porque, ¿por qué no huir?

sábado, 5 de diciembre de 2015


Un huracán. Mil millones de ventiscas. Cientos de terremotos.
Algunas personas entran en tu vida como si de un fenómeno meteorológico se tratasen. Arrasan con cualquier tipo de barrera emocional existente dentro de ti e inundan cada recoveco posible en tu cabeza.
Y no hay vuelta atrás. Careces de jugadas y tu alma decide rendirse ante sus pies con la única condición de no volver jamás a mirar hacia el pasado.
Pero como toda gran catástrofe, después de cada cataclismo el temporal huye, alejándose lentamente y dejando a sus espaldas la destrucción. Y dará igual cuanto luches por reconstruir todas aquellas ruinas que habitan en tu interior.
Porque una vez que el huracán derriba tu corazón, no hay más.