Otra capa de pintura para este agrietado corazón...
Rugir de latidos dentro de un pecho que lo único que admite es la presencia de una sola persona. Nunca podría funcionar si la dichosa ausencia del miedo, pero tampoco con la inestabilidad de un sentimiento tan indeseable como el amor...
Afirmas que el amor es como la atracción que experimentan dos imanes: mayor cuanto más cerca están el uno del otro, pero yo te diría que no; para mi el amor es como la sombra que aumenta cuanto más lejos se encuentra esa persona.

Leve cosquilleo de las olas entre mis pies mientras respiro profundamente este aire con su peculiar aroma a sal...
Quisiera ser marea, desaparecer cada mañana al alba dejando atrás un paisaje húmedo y desolado; y al atardecer, cuando el sol parece haber iniciado la chispa que hará arder el hermoso horizonte volver, inundarlo todo con energía sin dejar el maravilloso compás de las olas al chocar con la orilla...
Quisiera ser marea para poder reflejar en las más oscuras noches los maravillosos astros y así sentir, en parte, que puedo poseerlos por al menos unas horas.

Y si vivir dependiera de este instante ten por seguro que a tus pies caería rendida en manos de la muerte.
Aroma a jazmín mezclado con silencio, sabor a intensidad con una pizca de vainilla... ¿Qué tacto tiene el amor? ¿Has conseguido alcanzarlo para con tan solo alzar la mano poder sentirlo? Dime si tu no deseas perderte entre los brazos de alguien y encontrarte de nuevo en cada despertar, sabiéndote presa del tiempo.
Todos amamos desesperadamente alguna vez hasta el punto de perder la conciencia sobre nosotros mismos. Hasta el punto en el cual dejas de ser dueño de tus sueños y comienzas a ser esclavo de las horas en las cuales no gozas de tal amor...

Era el 11 de julio de 2010, el día de la final del mundial de fútbol. Holanda contra España, algo único. Andrés Iniesta hizo historia y yo vi, por primera y creo que única vez a una de las personas más racistas que conozco celebrar el gol con gente negra... Y eso me hizo pensar, ¿tan solo es fútbol, o quizás existe algo más?
Está claro que para algunos son once jugadores dándole patadas a un trozo de cuero (y para mi la mayoría del tiempo, también), pero lo cierto es que para otros son una vía de escape... un alivio al ahogo de la monotonía y las heridas de la vida. El fútbol enfrenta, pero también une... y eso es algo que muy pocas cosas en este mundo consiguen hacer. Sé que también mueve montañas de dinero pero posibilita la creación de toneladas de ilusión.
*Pude aprender que para sentirte parte de un lugar no necesitas provenir de él, y para sentir a otros como hermanos tuyos tan solo es necesario tener un sentimiento común.
Esta entrada va dedicada a todos aquellos que no hacen más que criticar que el fútbol cree una cortina de humo a los problemas actuales del mundo. A ellos, decirles que los problemas no se olvidan por ver el partido, que siguen existiendo... pero creo, o más bien afirmo que todo el mundo merece sus noventa minutos de gloria, minutos que para algunos son el paraíso.

¿Cómo escapar de uno mismo sin abandonarse? ¿Cuál es el modo correcto para actuar sin sentir que hagas lo que hagas siempre será un completo error? Hay ocasiones en las que me creo poseedora de alguna insignificante verdad, pero bastan tan solo unos minutos para volver a sumergirme en la mas completa ignorancia.
Todos tenemos una lista de acciones pendientes que hacer, unas posibles y otras que sobrepasan la imposibilidad debido a la incapacidad de retroceder en el tiempo. Pero existen ocasiones en las que el mundo te presta una nueva y única oportunidad para realizar algo que era practicamente imposible y es en ese preciso momento cuando comprendes que nunca podrás arreglar algo ocurrido en un pasado, pero lo que si puedes hacer es actuar en este presente para que en un futuro tu lista de acciones presentes no tenga tanto peso y puedas sentir que hiciste siempre aquello que debías, o al menos lo que dictaba tu razón.

Todos mentimos, eso es una verdad generalizada.
Pero otra verdad es que también hay ocasiones en las que nos mentimos a nosotros mismos. Tengo la sensación de que la adoctrinación de nuestros sentimientos ha llegado al punto en el cual nadie expresa realmente aquello que siente. Nos enseñan que reir cuando en realidad tienes ganas de llorar es la mejor cura para que el mal pase o despreocuparte de alguien porque le quieres y por ello debes aplaudir todo lo que haga.
A veces siento que nadie se es sincero. Y eso es triste, mucho.
Mi cobardía puede que sea la razón por la cual tengo miedo a tener miedo. La resignación tal vez solo es un efecto secundario.

House

- Ves como no quieres morir.
- Pues claro que no quiero morir.
- ¡Pues hazlo!
- ¡Lo hice, lo intente!
- ¡Una vez!
- House baja de mi coche.
- No tiene por qué aceptarlo.
- Si, si tengo que aceptarlo... ¡Me quedan cinco meses de vida y me haces pasar por esto solo! Me cabreo porque me muero y no es justo, y necesito un amigo; necesito que estés a mi lado... necesito que me digas que mi vida ha valido la pena y necesito que me digas que me quieres.
- No, no te lo voy a decir si no peleas.

Parece que cuando cumples un sueño aquellas pequeñas cosas que te rodean son un poquito más alucinantes. El mundo alinea a todos sus satélites para poder realizar una acción casi perfecta.
Pero todos sabemos que el éxtasis de cumplir una ilusión no dudará eternamente, incluso apenas lo haga por unas horas. Sin embargo, es ese periodo de tiempo lo que hace que merezca realmente vivir.
*Pude escuchar muy cerca de mi como afirmabas que somos levedad y aún creyéndolo con todo mi ser pude sentir como el mundo era un poquito más grande, y eso me hizo ser más levedad aún.

Lo quiero todo. Aprender del pozo profundo de los años
que no pasaremos de aprendices.
Entender que tantas cosas no se pueden tener.
Que tantas otras no hacen falta.
Y todo eso lo quiero asimilar
pues sólo yo soy guardián de mi equilibrio y mi verdad.
Manolo García

¿Hay vida antes de la muerte?
Seamus Heaney

Solo necesitamos una señal que nos indique es el momento, la chispa que consiga hacer despertar todos esos sentimientos reprimidos...
Soy consciente de que el tiempo pasa, y lo que es peor: no perdona... pero también soy consciente de que nunca habrá ese momento ideal, ese sentimiento perfecto, la extraña casualidad de que todo salga bien. Y eso me hace preguntarme: ¿Por qué no ahora? A lo que me respondo: Aún no estoy preparada. Pero lo cierto es... ¿cuándo lo estaré? Quizás nunca llegue a existir ese momento o tal vez ya lo esté y sea este miedo lo que no me permite verlo...

Seremos como mar y espuma, sangre y herida, noche y estrellas... Siento comportarme a veces como aceite flotando sobre agua, un globo de helio desafiando a la gravedad...
Lo cierto es que a veces todo el mundo necesita un poco de soledad, un respiro para un alma cansada.
Camino mientras observo a todas esas parejas acarameladas por las esquinas y no puedo evitar preguntarme como conseguirán cada uno de ellos su pequeño momento de paz interior, el modo en el cual cada uno podrá volver a encontrarse con la pequeña parte que conoce de sí mismo.
Puede que sea yo, o tal vez que los demás no crean que esto merece importancia, pero siempre he pensado que para que exista un nosotros primero deberás dejar que pueda crear un yo.

Me apasionan las fotos antiguas, aquellas en las que sales enana, con una sonrisa con la que se podría comer el mundo de un solo bocado. También me gustan las fotos en las que sale gente que conozco de jóvenes, cuando tenían sueños frescos e ilusiones pasajeras y el único pesar que ocupaba sus vidas se basaba en saber si habían encontrado o no algo parecido al amor... ¿Y las fotos de verano? Esas en las que sale todo el mundo en familia o con los amigos, disfrutando y con esa alegría característica del dulce verano azul.Me gustan las fotos porque es la única manera de entrar en la vida de una persona sin que ésta lo perciba, sin poder empañar sus recuerdos...



Creceremos y tan solo quedarán recuerdos contados por otros y un puñado de fotografías... ¿O acaso recuerdas cuando apenas tenías un par de años de edad? Lo dudo mucho.
A medida que pasa el tiempo aquello que hemos vivido es difuminado por los sentimientos o emborronado por las lágrimas, y lo peor es que no podremos hacer nada al respecto. Tan solo queda resignarse a que alguien tenga la amabilidad de contarnos su versión de la historia, alejada de la realidad imparcial y mezclada con un torbellino de sensaciones. Nunca podrás recordar dos veces del mismo modo un mismo recuerdo, ni vivir de la misma manera una sensación. Y eso me entristece mucho...
Creer que lo único que habrá en mi futuro de este yo pasado serán un taco de fotografías y un montón de anécdotas difusas es algo tan deprimente pero romántico a la vez...

You can't say no forever..

Hoy, sin ningún sentido me ha venido a la cabeza un problema de lógica que me expusieron hace ya años y que no logré descifrar. Pensando un poco acerca de él descubrí la solución: era tan evidente y fácil que me sentí estúpida por no haberlo resuelto antes.
*Que no sepas como solucionar el problema que estás viviendo no significa que no tenga solución, sino que aún no la has encontrado. Podemos pasar la vida buscando una respuesta que tal vez nunca sepamos por el simple hecho de no estar preparados mental o emocionalmente para ello. Puede que el objetivo de madurar sea el poder conocer cuando es el momento ideal, saber si es o no este y en el caso de que no lo sea tener la suficiente paciencia como para esperarlo.

Respirar lentamente y soltar el aire muy, muy lento...
Todos necesitamos un momento de paz, un periodo de imperturbabilidad para nuestra frágil y agrietada alma. Ven, sentémonos juntos y respiremos. No dejes nunca de hacerlo, no permitas que este despiadado mundo frene tu valioso tiempo. Continúa respirando. Nos quedaremos quietos y el silencio se apoderará de este momento fugaz. El viento intentará derribarnos, hacer de nosotros una simple hoja a su merced. Pero nosotros no lo permitiremos, porque continuaremos aquí: sentados y en silencio. Respirando y volviendo a respirar a un ritmo constante.
*Preguntarás que le ocurre a esta pequeña y malgastada alma a lo que yo responderé que hubo un momento, muy corto, casi inapreciable en el que dejó de respirar y fue entonces, y solo entonces, cuando todo aquello que había mantenido flotando con el aire generado el respirar cayó sobre sí catapultando para siempre su respiro.

Renacerás. Si no te empeñas en querer sufrir.
Precioso tiempo tu vida ha de ser, preciosa perla rara.
Por respirar, por confiar de nuevo y volver a creer.
Por confiar, por respirar serena y saber esperar.
Hay un cielo ahí afuera
con sus planetas visibles colgando.
Hay un mundo visible
como un decorado de feria.
Y una montaña de vidas
que con respirar ya se conformaría.
Manolo García

Siempre he creído que el sentimiento más triste que se le puede conceder a una persona es la decepción.
Podemos curar el dolor, tapizarlo de sonrisas y esperar a que el tiempo, al no poder curarlo, simplemente disimule sus pequeños gritos ahogados con sonrisas desinteresadas... pero lo que nunca podremos combatir será la perdida de esperanza hacia alguien. En el mismo momento en el cual dejas de esperar cualquier gesto por parte de alguien estás dejando florecer la distancia entre ambos. Tal vez sea ese miedo al vacío sentimental lo que me lleva a afirmar esto o el hecho de saber que un persona sin esperanza no es nadie, y sin crearla: nada.

Que hacer si ni tan siquiera los sueños han decidido quedarse a mi lado... Oscuridad, espesura de tiempo y partículas de desesperación.
Hoy es uno de esos días. Días en los que nos cuestionamos el funcionamiento de cada pequeño e inesperado engranaje de este mundo. Momento en el cual nos concienciamos de que podremos encontrar aquello que llaman "nuestro lugar en el mundo". ¿Y si nunca conocieras tu verdadera función en este mundo? ¿No alcanzarías nunca el conocimiento de aquel lugar que llamas hogar? Tal vez nunca nadie llegue a conocerlo y seamos almas errantes de este inmenso universo... o quizás sea tan fácil de apreciar que nuestra torpe complejidad no nos deje acceder a ello...
Existe la posibilidad de que el problema no se basa en aquello que esperamos, sino en qué deseamos.

El peso más grande

¿Qué ocurriría si un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijese: «Esta vida, como tú ahora la vives y como la has vivido, deberías vivirla aún otra vez e innumerables veces, y no habrá en ella nada nuevo; sino que cada dolor y cada placer, y cada pensamiento, y cada suspiro, y cada cosa indeciblemente pequeña y grande de tu vida deberá retornar a ti, y todas en la misma secuencia y sucesión -y así también esta araña y esta luz de luna entre las ramas y así también este instante y yo mismo-. ¡La eterna clepsidra de la existencia se invierte siempre de nuevo y tú con ella, granito de polvo!?» ¿No te arrojarías al suelo, rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que te ha hablado de esta forma? ¿O quizás has vivido una vez un instante infinito, en que tu respuesta habría sido la siguiente: «Tú eres un dios y jamás oí nada más divino»? Si ese pensamiento se apoderase de ti te haría experimentar, tal y como eres ahora, una transformación y tal vez te trituraría; la pregunta sobre cualquier cosa: «¿Quieres esto otra vez e innumerables veces más?» pesaría sobre tu obrar como el peso más grande. O también, ¿cuánto deberías amarte a ti mismo y a la vida para no desear ya otra cosa que esta última, eterna sanción, este sello?
Nietzsche

Dicen que si no esperas nada de la vida llegará un día en el cual ocurrirá inesperadamente algo alucinante. Pero lo cierto es que nunca es así. Piensas que nada puede hacer cambiar tu situación, que no existe remedio que mejore la rutina en la que te encuentras inmerso... y así será. Pero un día decides que es suficiente y cambias algo insignificante que hace romper con todos tus esquemas; y es en ese preciso momento cuando el mundo empieza a girar un poquito más deprisa solo bajo tus pies y comienzas a pensar que tal vez lo único que necesitaba tu mundo era un pequeño empujón, un grito de socorro o una escapada a otro lugar mejor...
La nada solo genera nada. Con el tiempo lo único que aprendes es que si quieres algo no basta con esperarlo ni pedirlo, tienes que crearlo.
*Estoy a tres sonrisas y media de tu corazón y el único problema es si habrá en él un hueco para alguien como yo.