"El escritor es un ingeniero del alma"

martes, 28 de enero de 2014

Abriré mi corazón el día que me prometas que tan solo desbordaré amor...
Y no lagrimas.

El poder de la palabra es inimaginable a la vez de incalculable. Hace un par de días leí un texto que alegaba la posibilidad de destruir la vida de una persona usando las palabras como arma. Y lo cierto es que creo en la posibilidad de considerarla una estrategia bélica más.
Te quiero. Solo piensas en ti. Eres el amor de mi vida. Creo que no siento lo mismo por ti. Puede que seamos mejor amigos. Te necesito. No creo en segundas oportunidades. Has cambiado. Eres un egoista. Te odio. Estoy enamorado de otra persona.
El poder hiriente de las palabras. Dagas sonoras que nos atraviesan constantemente inundando nuestros oídos y quedándose clavadas en lo más profundo de nuestro alma. Pasará el tiempo y olvidarán las palabras pero nunca cómo les hicieron sentir estas.

lunes, 20 de enero de 2014


El primero corte siempre es el más profundo.
Nunca nadie nos explicó qué hacer cuando el amor que recibimos no se asemeja a aquel que esperábamos. Qué decir. Cómo. Girar la mirada hacia otro lado esperando que algún día, casi por casualidad, te des cuenta de que no eran más que imaginaciones efímeras o acabar con el problema de raíz. Fingir. Aplicar un golpe seco. Huir.
Porque nunca nos explicaron que hacer, porque no lo necesitábamos. Aprender que los besos sin amor siempre saben a lo mismo y las caricias sin sentido solo llevan a la desesperación es un camino que cada uno debe de labrarse por si mismo.
El primer corte siempre es el más profundo. Hoy la profundidad de la herida te hará sentir mal, pero mañana cicatrizará enseñándonos a decir no cuando realmente lo sentimos y a decir sí, en el caso de que verdaderamente amemos.

martes, 7 de enero de 2014


El viento rozaba su cara mientras su mano dibujaba ondas en el paisaje que recorría. Hacía tanto tiempo que nada le hace sentir realmente una emoción que apenas había dudado dos segundos en bajar la ventanilla. Sentirse libre, eso es lo que quería. Sabía que el tiempo corría en su contra, cada onda significaba un paso más cerca de su destino. Sus sueños no estaban cumpliéndose, las cosas no estaban sucediendo tal y como lo había planeado... Pero eso, estaba en estos momentos muy lejos. Y así, a millones de kilómetros de los problemas, del vacío y del escandaloso jadeo de un alma sin esperanza, allí, estaba rozando la felicidad.


Te buscaba sin conocerte, te encontré sin esperarte. Sentémonos al lento movimiento del universo al caer la noche. Que tus pasos me acompañan al compás de estos latidos y mis manos te recorren al sonido de las olas.
De esperanza en un desesperanzado alma que suspira, de brotes verdes en medio del desierto, de un manantial en medio de la sequía...