"El escritor es un ingeniero del alma"

miércoles, 24 de abril de 2013



Desesperados sentimientos florecen a cada latir cercano a aquello que denominamos amor. Buscarás la salida de emergencia cuando tu corazón decida dar alerta de invasión. Decidimos no decidir a quién amar. Acordamos recordarle por siempre.
Volarás sobre lejanas tierras en las tardes de un abril cargado de esperanza. Un nuevo día parecerá poco mientras que la eternidad será sobrante.
Dime tu qué esperas cuando la esperanza se desespera y aquello que llamas ilusión mantiene su brillo difuso a lo lejos del camino...

El tiempo nunca me esperó y yo siempre he tenido la sensación de llegar a cada segundo tarde.

viernes, 19 de abril de 2013



Y, por último, si tuviera que escoger un epitafio para mi tumba, sugeriría este:
"No fue tan feliz, pero se divirtió"

Francisco Celis Albán

jueves, 18 de abril de 2013



La tristeza te inundará cuando descubras que jamás conociste a aquellos que más querías...
...y eso fue lo que les alejó.

sábado, 13 de abril de 2013



"La sinceridad siempre nos llevará a odiarnos un poco"
Mario Benedetti

jueves, 11 de abril de 2013


Que triste es cuando la realidad golpea tu felicidad reduciéndola a nada.
Nunca aprenderemos. Caemos, nos rasguñamos las rodillas, lloramos y volvernos a levantarnos para caer unos metros más adelante. Creemos que las personas cambiarán tan solo porque te quieren y lo que es peor, damos por supuesto que lo hacen.
Parece que el mundo se empeña en dar la ultima vuelta de tuerca cuando te encuentras justo al borde del abismo. Tal vez porque caemos por inercia, tal vez porque confía en que nos levantaremos...

miércoles, 10 de abril de 2013



Creer, confiar, querer.

Creer, confiar, querer es natural en el ser humano.
La desconfianza, la mentira, la traición existen, sí, pero no son lo usual, lo de todos los días.
Si no, ¿por qué habría de llamarnos la atención, de sorprendernos tanto -cuando nos toca- el que alguien nos haya enga­ñado, perjudicado?
Si eso fuera lo más frecuente, no nos dolería: ya tendríamos una coraza para de­fendernos. Una costra amarga protegiendo nuestra sensibilidad.

Creer, confiar, querer... es natural y es hermoso.

Sin fe, sin confianza, sin amor, ¿cómo haríamos para sonreír, para criar a nues­tros hijos, para estrenar con ganas un par de zapatos caminadores, para revisar el extracto de la lotería a ver si nos sacamos aunque sea terminación?

Creer, confiar, querer...

Porque no se puede vivir bajo una cam­pana de vidrio: asfixia.
Ni en una torre de marfil... desde la que no se huele el pasto recién cortado...
Ni con guantes, sin sentir el calor de la mano que estrechamos.
Es preferible vivir expuesto a vivir a la defensiva: creer y ser engañado alguna vez y no, vivir desconfiando.
Llorar, a veces... habiendo reído mu­chas otras.
Sentir, sentir todo hondamente, aunque lo que tengamos que sentir sea a veces tris­te, muy triste... y otras, muy hermoso.
Poldy Bird.

domingo, 7 de abril de 2013



Nunca me gustó ese tipo de amor que ata,
ni esas personas con las que nunca se puede volver a empezar...



No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.

Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
La tabaquería, Fernando Pessoa

sábado, 6 de abril de 2013



Que poco rato dura la vida eterna...

viernes, 5 de abril de 2013



El mayor acto de egoísmo por parte del ser humano será afirmar la existencia de un Dios que les perdonará cualquier cosa que hagan por el simple hecho de sentirse una especie suprema.

jueves, 4 de abril de 2013



Ese miedo mezclado con esperanza de encontrarle en cada esquina.
Hacía tiempo que no se había sentido así, y eso le gustó.
Hacía tiempo que nadie había conseguido dejarla sin respiración, lo cual hizo que volviera a creer en la existencia de algo parecido al destino.

miércoles, 3 de abril de 2013




"-Juega a las cartas con él.
-Pero si es un vulgar pueblerino.
-Pues entonces... rómpele el corazón."



"¡Ámala, ámala, ámala! Si te complace, ámala. Si te hiere, ámala. Aunque te rompa el corazón, y a medida que envejezca y se endurezca se te desgarrará más, ¡ámala, ámala, ámala!"



"¡No acordarme! Eres parte de mi existencia, de mí mismo. Has estado presente en cada una de las líneas que he leído, desde que vine aquí, un vulgar y tosco pobrecillo cuyo corazón heriste ya entonces. Has estado presente en cada proyecto desde aquel día, en el río, en las velas de los barcos, en los marjales, en las nubes, en la luz, la oscuridad, el viento, los bosques, el mar, las calles. Has encarnado cada fantasía con la que mi mente ha tropezado. No son más reales las piedras de las que están hechos los más recios edificios de Londres, ni tendrías mayor dificultad en desplazarlos con la mano de lo que han sido y seguirán siendo para mí tu presencia y tu influencia, allí y en todo lugar. Estella, hasta el último instante de mi vida no podrás sino ser parte de mi carácter, parte de lo poco que de bueno hay en mí, parte de lo que de malo llevo. Pero en esta separación, sólo puedo asociarte a lo bueno y fielmente te recordaré vinculada a ello, pues tienes que haberme hecho más bien que mal, cualquiera que sea la punzante tristeza que ahora pueda sentir. ¡Que dios te bendiga! ¡Que dios te perdone!"
Grandes esperanzas- Dickens