"El escritor es un ingeniero del alma"

jueves, 17 de julio de 2014



Y allí estábamos, como si nada hubiese pasado a lo largo de todos estos años. Como si no hubiéramos sufrido en silencio cada una de nuestras caídas. Mientras removíamos el chocolate intentaba explicarte qué tal es mi mundo ahora que estoy aprendiendo a vivir, ahora que acepté tantos hechos sucedidos. La lejanía separatista entre ambas hizo tregua por momentos mientras que aquel pequeño postre tomaba forma. Comprendí que siempre iba a poder volver a aquellos momentos en los que tú cocinabas y yo te observaba, deseando que ese momento se hiciese eterno y esta efímera felicidad algo más real.

sábado, 12 de julio de 2014



Podría embelesar las palabras. Pero simplemente diré que no estoy dispuesta a quedarme observando como te destruyes. A dejarme destruir.
Huí de tu dolor hace tiempo.

viernes, 11 de julio de 2014


Volveremos a florecer con cada desengaño al igual que cada una de las cartas que escribí a tu partida volverán con el tiempo a mis manos. Creeremos en dulces cuentos de hadas a premisas de grandes sueños gloriosos por encontrar esperanzas fervientes en nuestro interior. Me preguntarás con cada cigarrillo por qué dejé de creer en las palabras mientras me declararé fanática práctica de los sonidos que las sílabas hacen emanar de tu boca.
Nunca nadie sabrá cuánto quise que el mañana resultara un poco más ameno para que mi hoy dejara de doler rotundamente. Ojalá la calma durara para siempre y todo el dolor que nos causamos pasara a ser un mero recuerdo carente de hondura dentro de nuestra alma.

miércoles, 9 de julio de 2014




Puede que el dolor de la traición se apodere de ti mucho más tiempo del que pensaste. Porque la fe ciega al pensar que las personas consiguen cambiar a lo largo del tiempo en ocasiones se desvanece generando un doloroso e intrépido vacío. Hoy podría decirte todo aquello que el tiempo me hizo callar por amor hacia tu persona. Pero hoy te miro y no te reconozco. Ya no eres de quien me enamoré, ya no eres mi amigo. Ya solo eres dolor y soledad.
Puedes retener un recuerdo pero no a una persona. Hay ocasiones en las que el mundo gira muy despacio permitiéndote apreciar con mucho atino cual ha sido el pero fallo que has cometido: confiar en que no volverías a utilizarme.

martes, 8 de julio de 2014


La distancia no servirá como puente al olvido, sino como tensión entre ambos corazones.
Crees saber que alguien es importante para ti. Cuánto lo amas. Sin embargo, en la lejanía descubres que cada movimiento de tu respiración le pertenece. Hasta el más profundo de tus estímulos forman parte de su persona y la más mínima sonrisa lleva escondida alguno de sus recuerdos.
Pero él no está aquí, en esta noche oscura. Y lo único que puedes hacer es reconfortarte en la idea de que algún día lo estará. Que en alguna parte, aún lejos de tu lado, también desea volver a estarlo.
Y entonces solo queda esperar, desear y esperar.