El 26 de abril de 1937 durante la Guerra Civil española se produce el famoso bombardeo de Guernica por parte de las tropas alemanas. Un peculiar artista español, Pablo Ruíz Picasso, decidió pintar un cuadro sobre tal atroz suceso. Entre los elementos a distinguir el toro como la brutalidad, el caballo representando la víctimas del bombardeo o la paloma que nos muestra la paz rota.
Nací el 26 de abril, unos años después de este hecho que cambiaría para siempre la historia de España. Y hoy podría decir que muy lejos de toda aquella destrucción, humo y fuego puedo verme reflejada en tal obra de arte. Porque puede que mi vida sea mezcla entre la dulce sintonía de las formas simétricas que dibujan sobre un lienzo en blanco y negro la incesante pasión que nos refleja el arte.
Mi Guernica personal.

- Te echo de menos.
- Pero si acabo de estar contigo.
- Ese es el problema. Ahora no estás conmigo.

La idealización del amor es un mal común que sufrimos la mayoría de mortales. Llegar a creer en poder encontrar a la persona perfecta nos hace perdernos en un mar de dudas que, en muchos casos, acaba ahogándonos. Aprender la verdadera residencia del amor dentro de las imperfecciones de la persona amada será una tarea ardua e imposible de conseguir siempre que no pongamos de nuestra parte.
Por eso te explicaré tu aparición en mi vida como un terremoto en plena etapa de desastre emocional. Pero estás aquí, a mi lado. Me miras mientras tus dedos se entrelazan con mis dedos y tus dientes me muerden los labios. Me encantas, y no se por qué. Pero cabe la posibilidad de que la ignorancia del motivo sea la respuesta a toda pregunta: Me estoy enamorando de ti.

El mayor error será negar aquello que sientes a tu corazón ya que este es sabio y nunca ciego. Admite que la amas, en parte, y sin medida. Acepta que cuando sonríe algo en ti se destroza y sus abrazos te matan como si de dagas se tratasen. Deja de engañar a tus sentimientos porque tus sentidos te delatan cuando tan solo te roza. Que sus rasgos infantiles te devuelven la alegría y su manera de ser te desespera.
¿Cuánto más vas a esperar para decirle que la amas? ¿Cuántas personas más necesitas conocer para saber que es ella la única?

Elegimos qué zapatos combinan hoy mejor con estos pantalones, elegimos la bebida que tomaremos en la comida, elegimos qué autobús cogeremos para llegar antes a nuestro destino, elegimos nuestro lugar para veranear, elegimos con qué amigos saldremos esta noche, elegimos el color del sofá que pondremos en nuestro salón, elegimos bajar en ascensor, elegimos qué corte de pelo llevaremos.
Elegimos. Pero nunca hablamos de decidir. Decido no elegir. Decido tomar la calle que sea más larga porque me apetece contemplar esas vista, decido ir sola al cine por placer, decido hacer solo cosas que ame. Y sí, sé que estoy eligiendo, pero también estoy decidiendo. No importa que la solución no sea la más lógica o esperada por el resto. El "si yo fuera tú" sobra.

Empieza a decidir.

Huye de las mujeres inteligentes. De esas con las que puedes tener largas conversaciones en la madrugada, las que no se asustan ante las adversidades y crean oportunidades de los lugares más insospechables. Nunca hables con aquellas chicas cuya mirada refleje ternura y sus palabras firmeza, inseguras de sí mismas pero constantes ante sus principios. Corre de las que escriben, porque esas lograrán crear castillos de la palabra y destrozos de los silencios. No acojas en tus brazos a una de esas mujeres porque después no podrás volver a dormir sin su recuerdo, vivir sin necesitarla, sobrevivir a su amor.

Nunca te enamores de una mujer inteligente. Porque aunque creas que tú has ganado la partida siempre queda la revancha. Y ellas sí saben contratraatacar.

Me pregunto cómo te sentirás cuando descubras que no eres la persona a quien le da las buenas noches y sonríe en los buenos días. Cuando su corazón lata por otro amor que tal vez le es más correspondido. Si sus sonrisas ya no tienen motivo en ti y ha descubierto que hay alguien más. Me pregunto si no te arrepentirás de haber callado todos esos te quiero, esas caricias y sentimientos al verla besar a otra persona con la misma pasión con la que te besaba a ti. Suspirando en sus ausencias y alegrándose de sus llegadas.

Continuando sin tu presencia. Aprendiendo a querer de nuevo. Cuando ya no te quiera a ti.

Y seas uno más de la lista del olvido.

Puede que no posea el dinero suficiente para poder viajar alrededor del mundo. Pero si me dejas puedo hacerte sentir cosas que ningún monumento o lugar podrá provocar en ti. Tu solo cierra los ojos. Préstame tus labios y comencemos a volar. Mi cama será la pista de despegue para cada uno de los sueños que desees alcanzar y nuestros pies entralazados forjarán las puertas del mundo de las ilusiones. Escucharás risas que no entienden de idiomas, porque el idioma universal siempre será el amor, y crearás sentimientos cuyo único ingrediente será un poco de tu corazón y algún que otro beso.

Puede que no posea dinero suficiente para poder viajar. Pero aún teniéndolo acertaría al decir que para mi, tú eres mi lugar favorito.

Lugar al que nunca me cansaré de volver...

Si supiera que esta esta es la última vez que te voy a ver salir te diría te quiero. Una sola vez, mirándote fijamente y dejando que veas en mis ojos el brillo que provoca la fuente de la esperanza que emana dentro de mi. Si esta fuera mi última oportunidad, expresaría que conmigo todos los días serían sábado y algún que otro domingo. Intentaría hacer de tus amaneceres algo irrepetible y de tus atardeceres un agradable paseo.

Por eso, y como sé, que esta será nuestra última vez te abrazaré muy fuerte para que puedas sentir que siempre estaré ahí. En cada despertar en una mañana de verano, con cada gota de lluvia al llegar al suelo, entre el sonido de las ramas de los árboles con el viento. Cuando rías, te sorprendas, llores, suspires, solloces, ames.

Aprender la posibilidad de poder vivir sin alguien perfectamente, hacerlo. Pero descubrir que no quieres seguir sin compartir un minuto más de cada hora en la que tu existencia carece de sentido por su ausencia. El amor siempre será lo más imperfecto que el hombre pueda tener.
Pero me abrazas y algo tiembla en mi. Tienes ese algo que me hace no querer mirarte pero no poder evitar hacerlo constantemente. Podría describir con exactitud la mayoría de tus expresiones y cada uno de los significados que contienen. Querría que el tiempo se detuviera en cada una de tus sonrisas. Sin embargo aquí estoy, confiando en que me quieres al menos un poco. Deseando que no descubras nunca lo vulnerable que soy ante ti. Lo inmensamente feliz que me hacen cada uno de tus enfados, manías, bromas, teorías...

Sin duda, una declaración de amor suicida.

Echarte de menos siempre será el peor castigo. Saber que tú deseas volver a verme tan solo traerá un soplo de esperanza entre tanta pesadumbre.
A tu lado me siento como en uno de esos viajes al atardecer, eternos pero confortables. Como cuando viertes tu aliento en el cristal un día de invierno para dibujar con el dedo códigos que acabarán desapareciendo con la caída de las gotas. Eres el aire fresco que entra por mi ventana en una calurosa noche de verano. El primer rayo de Sol en un día de invierno. El vuelo de un avión de papel en un día con viento.
Y hoy, podría decirte lo que no eres. Aquello que aún no has sido pero que puede que no seas jamás aunque otros lo hayan hecho. Pero aún así me da igual. Porque sin saber de la existencia de la herida sanas, curas y regeneras.

Vuelvo a ti, a otro amanecer juntos. A quererte más.

En sus ojos apareció ese brillo especial que tan solo alumbra los corazones despiertos por la llama del amor. La miraba mientras un suspiro inconsciente inundaba el silencio existente entre ambos. Su corazón se agitaba cuando por casualidad, sin esperarlo, su mano conseguía rozarla sutilmente en su caminar. Esperaba que el camino de vuelta fuera eterno para hacer del adiós lo más extenso posible.

"Siento que estoy enamorado de ti desde el momento en el que cruzaste aquella calle un domingo soleado. Con una gran sonrisa, como si nada en el mundo fuera más importante. Como si yo fuera lo importante."

El pasado se transforma en un suspiro cuando tus labios rozan los míos en esta tarde de primavera. Consigues hacerme dejar de cuestionarme el por qué del mundo, sabes cómo sanar todas mis heridas con tan solo hacerme reír. Lo cierto es que no te esperaba, pero la verdad es que agradezco cada día tu compañía. Apareciste por accidente en mi vida poniéndola patas arriba, descolocándome por completo.

Vivir a tu lado se convierte en algo francamente fácil. Estás haciendo del pensar en ti mi deporte favorito...

Creía haberte olvidado cuando aquellas canción, con cada una de sus odiosas notas, me recordó que es imposible borrar un trozo de tu persona. Me pregunto en qué momento dejará de doler, cuándo será innecesario poner una tirita en este desaliñado corazón. Por qué no dejo entrar a alguien nuevo, cuando el realidad está vacío.

- Voy a darte la posibilidad de destruirme con tan solo un puñado de palabras.
- ¿Qué piensas hacer?
- Enamorarme de ti

Acurrucada en una esquina de la ducha, con la cabeza apoyada sobre las rodillas, escuchaba el sordo tintineo de las gotas chocar contra el suelo. Cuánto hacía que la soledad no había conseguido sorprenderla. Su respiración entrecortada apenas lograba bombear el oxígeno suficiente para hacer desaparecer toda la angustia que su cuerpo guardaba dentro. Algunas de las gotas que resbalan de su cara no eran dulces. Estaba gritando en silencio.

Al igual que Atlas fue condenado a sujetar el mundo para siempre sobre sus brazos hay quien parece ser dueño de una carga inevitable por el resto de sus días. Siempre escucharás decir que las chicas fuertes nunca lloran. Pero la verdad es que sí lo hacen, constantemente. Solo que en silencio, en la oscuridad y sin dejar se sostener su mundo.

- Nunca entenderé qué ves en él.
- Puede que no sea el más guapo ni tampoco el más atlético. No es extremadamente sensible ni inteligente. Apenas recuerda dónde vivo o cuál es mi libro favorito. Pero me hace reír, y con eso nadie nunca podrá competir.

La capacidad de amar un poco a todo el mundo te llevará a odiarte,
la imposibilidad de amarte a ti misma solo traerá el vacío.

Me enamoro de miradas perdidas en medio de avenidas donde nadie se conoce y todos desean escapar de la soledad del anonimato. Respiro hondo y continuo caminando entre la multitud de cuerpos que sonríen vagamente bajo un sol que comienza a regalarnos algo más de calor. Las parejas entrelazan sus manos como si de un pacto de confidencialidad se tratara. Los amigos hablan de aspectos irrelevantes a la vida agradeciendo el regalo de una compañía placentera con la que poder ser quienes son. Señores ataviados con traje cruzan alterados los semáforos con la esperanza de ahorrar un poco de tiempo cuando están perdiendo toda una vida.
Continúo mi solemne marcha al ritmo de cualquier melodía que sirva de banda sonora al espectáculo de la vida. Pero cuando más inmersa en mi mundo parezco entrar creo divisarte en la lejanía: distraído, absorto en tus pensamientos, como si para ti el mundo no girara bajo tus pies. Levantas la vista mientras una sonrisa comienza a aparece en la comisura de tus labios y no puedo evitar ser un poquito más feliz.

La capacidad de amar un poco a todo el mundo te hará apreciar todo aquello que te rodea,
la imposibilidad de querer a alguien como él espera no significa que no le quieras.

Hace días leí una reflexión en la cual se reflejaba que la imposibilidad de predecir que esta será la última vez que realices algo es lo que la hace realmente especial. Si supiéramos que no volveremos a vivir un momento, un sentimiento o una acción esa pérdida nos conllevaría a tratar la situación de una forma totalmente distinta: alterándola incluso por completo.
Y ahora piensas: si me hubiera podido despedir de ella tal y como se merecía, si hubiera sabido que iba a ser el último beso, si le hubiera dicho cuánto amor había en mi... Pero el tiempo es lineal, haciéndonos imposible la vuelta al pasado.
Pienso: Si hubiera sabido que era la última vez, la pena que conlleva el no poder volverlo a vivir hubiera cegado por completo la situación acabando con cualquier atisbo de dulzura. Y hoy sé que no volveré a ninguno de aquellos días en los que viví tantas últimas veces, pero tampoco me importa. Porque siempre tuve como filosofía dejar mi alma en cada beso, en cada abrazo, en cada despedida... Para así, cuando sea la última vez, no me quede más remedio que archivarlo en las buenas sensaciones.

Reconstruí miles de veces nuestra última vez con el fin de encontrar el qué: un fallo, una señal, un signo de que el final se acercaba... Pero tan solo pude encontrar plenitud y calma. Y a día de hoy sé que si hubiera sabido que era la última vez no hubiera cambiado nada. Porque la perfección reside en la ignorancia de saber que cualquier momento, por insignificante que parezca, puede convertirse al cabo de segundos en eterno dentro de nuestros corazones.

"Cuando vengo aquí me imagino que éste es el lugar a donde ha ido a parar todo lo que he perdido desde mi infancia. Me digo a mí misma que si fuera cierto, y esperara el tiempo suficiente,vería cómo una diminuta figura aparece en el horizonte al final del campo, y se va haciendo cada vez más grande hasta que reconozco a Tommy. Me saludaría con la mano, y tal vez me hablaría. No permito que la fantasía vaya más allá. No lo soportaría.Y me consuelo recordando que tuve suerte de pasar un tiempo con él. De lo que no estoy tan segura es de que nuestras vidas sean muy distintas de las que llevan las personas a las que salvamos. Todos cumplimos. Quizás nunca llegamos a entender lo que hemos vivido, o quizás nos haya faltado tiempo."

"Nos duele tanto separarnos porque nuestras almas están unidas. Es probable que siempre lo hayan estado y que siempre lo estén. Quizá hayamos vivido mil vidas antes que esta y nos hayamos encontrado en cada una de ellas. Y hasta es posible que en cada ocasión nos hayamos separado por los mismos motivos. Eso significa que este adiós es a un tiempo un adiós de diez mil años y un preludio de lo que vendrá. Cuando te miro, contemplo tu belleza y tu gracia y sé que han crecido con cada vida que has vivido. También sé que te he estado buscando durante todas mis vidas anteriores. No buscaba a alguien como tú, sino a ti, pues tu alma y la mía están destinadas a estar juntas. Y sin embargo, por razones que escapan a nuestro entendimiento, nos han obligado a despedirnos. Me gustaría decirte que todo se arreglará entre nosotros, y te prometo hacer lo que esté en mis manos para que así sea. Pero si no volvemos a vernos y esta es una verdadera despedida, sé que nos reencontraremos en otra vida. Volveremos a encontrarnos, y aunque las estrellas hayan cambiado, no nos amaremos sólo por esa vez, sino por todas las veces anteriores".

Nunca me abandones

Según un estudio realizado en Reino Unido el tiempo necesario para enamorarse de una persona es de 8,2 segundos. Segundos que pueden cambiarte toda una vida.
El amor es uno de los enigmas más codiciados tanto por científicos como por escritores y artistas. Pero, ¿realmente es como nos lo muestran?
Según la Asociación Psiconoalítica Argentina (APA) es posible amar a dos personas a la vez, lo que es difícil es sostenerlo en el tiempo. Las razón por la cual alguien se enamora de una persona es que ve en esta los aspectos de los cuales carece su primer amor. Sin embargo, la monogamia a la que nos somete la sociedad induce a la elección de una única persona como compañero sentimental.
Dentro de este ámbito podemos destacar aspectos como por qué nos atraen las personas, diferenciando la atracción con extraños que puede ser en la mayoría de ocasiones basada en el aspecto físico, de la atracción con gente conocida, basada en la existencia de aspectos comunes o la comprensión de la otra persona.
Pero, ¿cómo saber si realmente es enamoramiento o amor? Según determinan algunos estudios el enamoramiento es la atracción o química que ocurre de manera transitoria. Existiendo ocasiones en las que el objeto de este enamoramiento es que la otra persona satisfaga una serie de necesidades afectivas en el sujeto.
Sin embargo, tras pasar a primera fase de enamoramiento en la cual la otra persona te parece perfecta y tiene un cierto componente adictivo, caben dos posibilidades: que decida continuar su camino de manera libre, porque no se encuentra preparada para adquirir compromisos o que pese a haber acabado el enamoramiento comiences a ver todos aquellos defectos de la persona pero aún así no quieras dejarla ir, lo cual significa inicio de amor.
Aún así muy pocas personas dejan a su primer amor por un segundo, no porque no exista realmente dicho sentimiento sino por los lazos creados con el primero. De esta forma una persona racional que valora el afecto que tiene hacia su primer amor no permitirá poner en riesgo el mismo.
Según el psicoanalista alemán Erick Fromm: "Nos enamoramos cuando conocemos a alguien por quien nos atraídos y dejamos caer frente a él o ella las barreras que nos separan de los demás. Cuando compartimos con esa persona nuestros sentimientos y pensamientos más íntimos, tenemos la sensación de que, por fin, hicimos una conexión con alguien."


Puede que nunca consigamos saber qué es amor, que todas estas investigaciones sean meras quimeras o incluso que nunca seamos capaces de amar a alguien.
Y ahora os preguntaréis por qué hago esto. Pero si realmente me conocéis, sabréis que yo siempre busco una respuesta.

Odio la insólita necesidad que siempre me trae de nuevo a ti tras la tormenta. Querer tenerte y no poder me resulta cada vez más difícil a ojos de este magullado corazón. Paso noches en vela imaginando que te encuentro en cada una de mis líneas mientras esa guitarra de fondo me muestra que aún quedan emociones más allá de tu hermosura. Podría llegar a afirmar que vivo por el simple hecho de buscarte, de encontrar esa combinación perfecta que me haga sentir completa.

Leon Tolstoi afirmó que su locura consistía en creer que podría cambiar el mundo tan solo con palabras. Mi locura consiste en creer que algún día encontraré las palabras precisas para mostrar todo aquello que mi interior guarda.

Te odio, y no sabes cuanto. Despierto cada mañana con la inmensa necesidad de convertir estos gritos mudos en palabras. Duermo realizando numerosas combinaciones de palabras que se perderán en mitad de un mar de sueños.

Te amo. Conviertes las apuestas en poesía y las sonrisas en teatro. Tienes la capacidad de hacerme sentir en un par de líneas mucho más que mil personas en años.

Y aún así, ojalá pudiera escapar de ti.

Ver la vida como un rompecabezas siempre traerá algo de superficialidad impreso. Saber cuándo alguien te quiere o te miente,e incluso conocer a la persona con unas simples horas. Somos libros más o menos abiertos a expensas del lector adecuado.

En un principio pensó que estaba completamente loca, después corroboró que su hipótesis se asemejaba a la realidad para finalmente comprobar que todo aquello que había imaginado no era tan irreal.
Se dijo a sí misma: "Ojalá pudiera vivir sin interpretar", pero abrió otro libro más.

Cuando alguien traspasa la fina y delgada línea entre lo interesante y monótono comienza a perder importancia dentro de aquello que considero el umbral del interés.
Suena cruel, lo sé, pero es simplemente un mecanismo de defensa. Una vez alguien me dijo que no podía preocuparme por tanta gente, que debería comenzar a hacer algún tipo de sesgado para determinar quien merece mi atención y quien mi indiferencia. Bien, creo que no necesito ese tipo de partición por el simple hecho de que el mundo y las acciones de las personas se encargan de determinarlos por sí mismos.


"Te quiero Dexter... mucho... pero has dejado de gustarme..."

One Day

" - Ella te hacía mejor.
- Y tú en cambio la hacías feliz."

One Day