"El escritor es un ingeniero del alma"

viernes, 14 de febrero de 2014

Perdiste todo aquello que creías que realmente merecía la pena. Hiciste lo que juraste que no harías jamás. Ocurrió lo impensable. Calculaste mal la jugada y el trío de ases acabó convirtiéndose en nada. Decepcionaste a los demás y lo que es peor, a ti misma.
Y miras al vacío mientras das otra calada a ese eterno cigarrillo que parece nunca acabar. Incapaz de pensar en el futuro, intentando recomponerte del pasado. Preguntándote por qué este presente. Vuelves a suspiras, sonríes en soledad y comienzas a llorar.

Puede que una de las sensaciones más amarga que podemos llegar a experimentar es ese momento en el que te das cuenta de que hiciste todo lo que podías haber hecho, y lo hiciste mal. Esa mezcla de decepción con impotencia que acaba haciendo que todo cuanto te rodea carezca de sentido.
Negar la realidad no hará que esta cambie. Negarte a ti misma aquello que hiciste no te hará sentirte mejor.

Descartes estableció la división y el análisis como método más eficaz de solución de problemas, de esta forma la fragmentación del mismo ayudaría a resolver las partes con mucha más precisión. Sin embargo, aparece la imposibilidad de dividir un pensamiento, una idea, una persona. Habría que tener en cuenta que en ocasiones se necesita una visión más generalista para la resolución.

Porque no puedo optar por la división. Primero la solución a cargo del corazón, más tarde de mi cabeza. Pero nunca de alma. Divido, la busco... pero justo en el momento en el que la intento aplicar tu recuerdo se extiende por todo mi ser. Y no importa cuantos trozos de mi hayan conseguir encontrar respuesta:aparecen nuevas preguntas, cambias las sensaciones. Y comienzo a necesitar una nueva división..

domingo, 9 de febrero de 2014


Hay cosas que se nos escapan, como intentar contener el agua entre tus manos.
Conoces a alguien, transmite ese algo... como cuando ves por primera vez el mar después de mucho tiempo. Conexión. Está ahí y existe. Puedo tocarlo con las manos. Rozas el agua con los dedos, con miedo a que esté demasiado fría. Con temor a resultar herida. Y tras un largo periodo de preparación te propones atraparla entre tus manos. Intentar construir aquello que llaman para siempre. Y las hundes en lo más profundo del océano. Sientes como tu alma arde, es tanto amor que comienza incluso a perder el sentido. Pero observas, que poco a poco, el agua se escurre entre las pequeñas grietas que dejan tus dedos. Sin saber como, comienzas a distanciarte. Hasta que ya no queda agua y ha vuelto toda de nuevo al mar. Cuando la distancia es tan grande que ya no distingues muy bien qué es, qué eres, qué sois.
Y comprender que tu sola no puedes retener algo tan bravo y libre como el agua. Entiendes que a veces, hay que dejar que escurra entre las grietas, haciéndolas más grandes. Enseñándote que siempre puedes volverlo a intentar con el agua de otro mar.

martes, 4 de febrero de 2014


“A mí me cuesta ser cariñoso, inclusive en la vida amorosa. Siempre doy menos de lo que tengo. Mi estilo de querer es ése, un poco reticente, reservando, el máximo sólo para las grandes ocasiones. De modo que si siempre estuviera expresando el máximo ¿qué dejaría para esos momentos (siempre hay cuatro o cinco en cada vida, en cada individuo) en que uno debe apelar el corazón en pleno? También siento un leve resquemor frente a lo cursi, y a mí lo cursi me parece justamente eso: andar siempre con el corazón en la mano.”
― Mario Benedetti, La tregua

domingo, 2 de febrero de 2014



"La vida no es una tragicomedia."


"-Yo quería ser alguien importante al cumplir los veintitrés.
-Cariño, lo único que tienes que ser al cumplir los veintitrés es tú misma.
-Ya ni siquiera se quien soy.
-Pues yo sí. Alguien a quien todos queremos. Yo la quiero... me rompe el corazón una y otra vez, pero yo la quiero."


-En verdad todo el mundo muere solo.
-Si realmente crees eso, entonces ¿a quién has salido a buscar?


“Mira Lainy, esto es todo lo que necesitamos: un par de cigarros, una taza de café y un poquito de conversación. Tú, yo y cinco pavos.”

Bocados de realidad

sábado, 1 de febrero de 2014



Sentirte más sola cuanto más rodeada de gente te encuentras comienza a ser algo común. Y no importa que encuentres a alguien cuyo sentimiento se asemeje al tuyo: será simplemente otra soledad. Podría ponerme esperanzadora, mentirme a mi misma y decir que encontraremos a alguien que nos haga sentir felices, acompañados. Pero lo cierto es que hoy tan solo creo que no buscamos la ausencia de soledad sino la compañía para paliarla.

"-Cada vez que te veo llevas los labios más pintados.
-Será que no tengo quien me los despinte."

Un diálogo completamente real, que reflejó por mucho tiempo un estado de ánimo. Mi estado de ánimo.