Siempre hay un momento en el cual decides que ya basta ese paron en el folio, cuando decides poner dos puntos y seguido y pasa de reglon. Cuando decides que ya basta de tener el alma en época de reformas y te rehinauguras. Es ese preciso momento, el momento en el que dices "hoy QUIERO ser feliz" por el que merece la pena volverte a construir. Las reformas no duran eternamente, tarde o temprano tendrás que volverte a exponer al publico, y cuando lo hagas procura hacerlo lo mejor que puedas; por que lo que realmente vale la pena no es el resultado sino el proceso.
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