"El escritor es un ingeniero del alma"

jueves, 20 de enero de 2011

Manchas.


Siempre he escuchado a las madres decir cuando sus hijos están pequeños: "Dejalo que se manche, ¿y lo bien que lo esta pasando?". Pero a medida que crecemos nos enseñan a no ensuciarnos, a temer a las manchas. Quizá al quitarnos la diversión que conlleva el ensuciarse nos quitan una parte de nuestra niñez, es como si nos prepararan para olvidar la esencia de la infancia. Nos acostumbramos a ello y nos volvemos serios y adultos.
*Pero un día alguien te lanza un poco de pintura, y tu le devuelves la jugada igual comenzando una guerra de colores. Recuerdas como cuando eras pequeño y estabas comiendo algo, se te caía en la camiseta y te reías o cuando estabas jugando un día de lluvia y te llenabas de barro... esa despreocupación al coger un balón que estaba mojado o borrar la pizarra con el puño de la camiseta. Eres medianamente adulto y estas jugando a pintarte, pero te da igual. Y te da igual porque por unos momentos estas sintiendo algo que no ocurre todos los días, te sientes pequeño, te sientes joven, te sientes FELIZ.

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