"El escritor es un ingeniero del alma"

miércoles, 2 de marzo de 2011

Teatro.


Odio esa parte en la que se dice adiós. Cuando se corre el telón y el teatro cierra sus puertas para siempre. Se acabó la función. Lo peor es que después de una larga actuación solo quedan críticas de un público exigente y halagos de gente sin personalidad. Y entre telones, comentarios de actores cansados de una actuación que no ha sido como esperaban.
Es duro subirse a un escenario e improvisar, hacer algo que no está escrito con puntos y comas en un papel… pero más duro aun es intentar convencer a alguien de que eres alguien, cuando en tu interior hay otra persona.

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