Crash

Parménides (s. VI a.C) consideró que la verdadera realidad es el ser inmutable, la esencia que subyace bajo todo cambio.
Yo apoyo esta teoría, la esencia para mí es algo que nunca muere sino que permanece para siempre... aunque la neguemos hasta la saciedad. A mi, al menos, me gusta pensar que existe en mi interior algo de dicha esencia... continuar siendo la misma niña que con seis años devoraba libros y captaba cualquier tipo de información como si de una joya se tratase, conservar algo de la joven soñadora, pensadora, amante y creyente del amor, revolucionaria de sueños, la que no se conformaba con un mañana luchando por un hoy, aquella que al mirar al espejo no le importara lo que viera siempre y cuando resplandeciera una sonrisa.
Hoy en día estoy segura de no haber perdido mi esencia, sino de haber cambiado... porque al igual que todo y todos estoy en continuo movimiento, lo que me hace realidad.
Seguir saltando de dos en dos las baldosas al caminar, chuparte los dedos después de haber comido un dulce, pasar las hojas de los libros en busca de un dibujo, pintar garabatos en servilletas, sentarme en la encimera, soplar una y otra vez las mismas velas para asegurarme de que he pedido mi deseo... Es mi realidad, mi esencia, soy yo. Y eso es algo que nunca me podrá mostrar un espejo...