"El escritor es un ingeniero del alma"

martes, 8 de mayo de 2012



Es tarde mientras leía escuché a una niña que lloraba desconsoladamente diciéndole a su madre que quería coger el Sol, pidiéndole que la dejara hacerlo. La madre no paraba de repetirle una y otra vez que eso era imposible, que nunca podría conseguirlo porque era algo que los humanos no podíamos llegar a coger.
Quizá ese sea el problema de esta sociedad: nos intentan convencer de aquello que según ellos no podemos conseguir y nos indican fuertemente lo que creen que está a nuestro alcance. Relacionan crecer, madurar con olvidar los sueños que en apariencia son locuras. Nos limitan las ilusiones y ponen precio a nuestras creencias.
Llámame loca, infantil o inmadura pero yo sigo y seguiré creyendo que tras cada atardecer se esconde un mensaje secreto, tras cada primavera una nuevo oportunidad para cambiar y tras la segunda estrella a la derecha... un nuevo nunca jamás.
Nunca es demasiado pronto para decrecer.

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