Aprendí que para quererte no hay que necesitarte. Para amar no resulta imprescindible poseer. Para que duela solo hace falta sentir. Llorar no siempre es malo. Y odiar a veces se hace necesario.
Tal vez nunca has pensado que el problema no sea yo, ni lo demás. Puede que no llegaras a pensar que para concebir la idea de que
te amen, primero hay que
amarse a uno mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario