"El escritor es un ingeniero del alma"

jueves, 23 de agosto de 2012





Era una cálida noche de verano. "Otra noche más" pensaba mientras caminaba por aquellas desoladas calles que la habían visto crecer. Giro a la izquierda, tres pasos sobre la acera y cruzo, siempre con la mirada fija en el suelo por el miedo a tropezar con el pequeño escalón. Había ejecutado la misma acción desde que tenía memoria, cada día. Solo que hoy no serían tres simples pasos.
Giro a la izquierda, tres pasos sobre la acera y levantó la vista. Ante sí un nuevo horizonte: bajo la noche aparecía el conocido primer plano apenas iluminado por dos pequeñas farolas, pero tras de él se alzaba todo un fondo iluminado en su máximo esplendor.
Porque ver y mirar no son lo mismo, algún día comprenderás que nada está en su totalidad descubierto. Conocerás la existencia de pequeños nuevos detalles. Aprenderás a amar no por aquello que conoces, sino por lo que aún desconoces.

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