"El escritor es un ingeniero del alma"

viernes, 17 de agosto de 2012




Todos sobrellevamos en nuestras vidas la ausencia de alguien. Bien por ley de vida o bien porque decidió que tu corazón no era su lugar de residencia.
Aceptarlo. Asumirlo. Saber vivir con ello.
Lo cierto es que cuando una persona por unas razones u otras desaparece de nuestra vida de forma física hay un cierto miedo al recuerdo. Es ese miedo a recordar un pasado mejor y más llevadero que este presente gris en su ausencia lo que nos lleva al dolor.

Siempre me pareció curioso el hecho de que la marcha de alguien conlleve a un rotundo silencio sobre esa persona. Nos negamos a nombrarla porque sabemos que con tan solo pronunciar su nombre la caja de los recuerdos se abrirá, recordándonos su ausencia y haciendo sangrar las heridas que tanto tardaron en cicatrizar.

2 comentarios:

  1. Los recuerdos son agradables, pero también son muy dolorosos...
    Saber que ciertas cosas no volverán a ocurrir por mucho que pongas de tu parte, duele... duele mucho.
    Me encanta esta entrada.
    Un besito muy grande.

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