"El escritor es un ingeniero del alma"

miércoles, 4 de septiembre de 2013



La luz comenzó a entrar por las ventana de la vieja habitación, sin embargo ésta tan solo tenía una cosa que alumbrar: el creciente vacío que se apoderaba de ella. Creyeron que al pintar las inmensas paredes conseguirían frenar el desaliento que cada noche la inundaba, pero ya nunca más podrían hacer nada por ella. Aquellas sonoras risas a cada despertar quedaban lejanas y el único sonido existente ahora era el balanceo de las ramas de los árboles al son del viento. Tal vez la habitación no quería volver a resplandecer, puede que tan solo quisiera quedarse anclada entre grietas y capas de pintura caída, entre polvo y silencio. Tan solo silencio.

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