"El escritor es un ingeniero del alma"

martes, 7 de enero de 2014


El viento rozaba su cara mientras su mano dibujaba ondas en el paisaje que recorría. Hacía tanto tiempo que nada le hace sentir realmente una emoción que apenas había dudado dos segundos en bajar la ventanilla. Sentirse libre, eso es lo que quería. Sabía que el tiempo corría en su contra, cada onda significaba un paso más cerca de su destino. Sus sueños no estaban cumpliéndose, las cosas no estaban sucediendo tal y como lo había planeado... Pero eso, estaba en estos momentos muy lejos. Y así, a millones de kilómetros de los problemas, del vacío y del escandaloso jadeo de un alma sin esperanza, allí, estaba rozando la felicidad.

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