"El escritor es un ingeniero del alma"

martes, 8 de abril de 2014



Acurrucada en una esquina de la ducha, con la cabeza apoyada sobre las rodillas, escuchaba el sordo tintineo de las gotas chocar contra el suelo. Cuánto hacía que la soledad no había conseguido sorprenderla. Su respiración entrecortada apenas lograba bombear el oxígeno suficiente para hacer desaparecer toda la angustia que su cuerpo guardaba dentro. Algunas de las gotas que resbalan de su cara no eran dulces. Estaba gritando en silencio.

Al igual que Atlas fue condenado a sujetar el mundo para siempre sobre sus brazos hay quien parece ser dueño de una carga inevitable por el resto de sus días. Siempre escucharás decir que las chicas fuertes nunca lloran. Pero la verdad es que sí lo hacen, constantemente. Solo que en silencio, en la oscuridad y sin dejar se sostener su mundo.

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