"El escritor es un ingeniero del alma"

jueves, 7 de agosto de 2014


Frenas, respiras y lloras.
Un día, de esos que no esperas encontrar nada más allá de la pura rutina y los encuentros predecibles. Un buen día, una llama crece en tu corazón avivando tus sentimiento y tejiendo ilusiones cada vez más fuertes. Y es en ese momento cuando descubres que encontraste a la persona de la cual te ibas a enamorar.
Pero resulta que cualquier día, en concreto este, no estás preparado para que tu corazón consiga aceptarlo. Pasarán horas, semanas y meses hasta que tu llama sea más inmensa que cualquiera de las que mucho antes se hayan llegado a propagar en tu interior. Entonces, en ese momento, aceptas que nunca antes habías conocido persona igual ni sentimiento parecido hacia un ser humano. Tienes miedo a perderle. Crees que no mereces tanta felicidad y amor en un solo ser.
Pero lo cierto es que si la mereces. Porque un día, porque aquel día, el mundo decidió que había llegado la hora de regalarte algo que nunca nadie podrá comprar: el amor verdadero.
Por ello frenas, respiras y lloras. Por la alegría de haber podido conocerlo, el temor al mañana en su ausencia. Porque nunca habías tenido tanto miedo a perder alguien. Porque estás realmente enamorada de él.

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