"El escritor es un ingeniero del alma"

viernes, 24 de abril de 2015



Cuando alguien prepara un viaje tiende a planear todas aquellas cosas que se llevará consigo. Intenta no olvidarse de nada que pueda servirle a lo largo de la estancia. Cepillo de dientes, toalla, mudas limpias, cargador del móvil... Sin embargo, cuando planeas una aventura coges las cosas más cercanas en ese momento y te lanzas al vacío como si tu vida de ello dependiese.
Yo siempre he creído que el amor era algo así, una aventura. No te lo vas a creer pero cuando estás en el lugar de partida tienes mucho miedo e impaciencia. ¿Será como esperabas el viaje? ¿Estarás a la altura para disfrutar al máximo de la experiencia? ¿Cómo acabará? Miles de preguntas inundan tu cabeza y tu espíritu, pero tu corazón desea que ojalá nunca encuentres la respuesta y mantengas ese éxtasis inicial que la vida nos da. Como en toda aventura, a lo largo de ella se encontrarás algunos obstáculos, lugares que no fueron tal y como te lo imaginabas o museos que no contenían las obras que anhelabas. Y ello no es motivo para desistir ni mucho menos, porque incluso de aquellas cosas que menos nos gustan podemos aprender. Lo importante aquí es seguir viajando.
Y a día de hoy puedo afirmar que tú sigues siendo mi pequeña gran aventura. Me pregunto día a día que nos deparará el camino y cómo acabaremos. Mi alma anhela no encontrar respuesta jamás y mi corazón me dice que no puede albergar más amor hacia tu persona. Eres mi viaje, te encuentro en cada canción y en cada libro. Reconozco tu pasión en más de una letra y sonrío al recordar alguna que otra de tus hazañas. Estoy completamente enamorada del olor que dejas en mi almohada y la pasión que desprendes cuando hablas de qué quieres llegar a ser y serás.
Eres el viaje, la aventura, el miedo, el éxtasis, la locura, la pasión de saber que nunca encontraré a nadie como tú. A nadie más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario