Hay quien cree en el orden como origen de muchas cosas existentes. La repetición de un mismo patrón dará lugar al éxito o al menos a una homogeneidad creadora de él como fin.
Y luego estoy yo, que soy el desorden confirmador de la necesidad de un orden. Odio la perfección y la organización. Me horroriza pensar en la idea de vivir en una casa cuyo aspecto esté horriblemente inmaculado por y para siempre. La locura de no saber dónde pusiste algo generará expectación con respeto al resto de cosas y eso evitará tu absurda rutina basada en el conocimiento exhaustivo de dónde se encuentran cada una de tus cosas.
Aunque quizá sea cierto eso que algunos dicen y la actitud de cada ser humano frente al orden determine la personalidad del mismo. Tal vez solo sea otro objeto más perdido entre la multitud desordenada. Esperando crear expectación en quien me busca. Deseando que haya alguien buscándome.
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