"El escritor es un ingeniero del alma"

lunes, 16 de noviembre de 2015



Hay días en los cuales no sé de donde ha provenido este desastre constituyente a mi persona. Sin embargo otros me siento invencible encima de un par de tacones y algo de carmín rojo en los labios.
Momentos pasan lentamente por delante de mis ojos cuando el mundo cree venirse abajo y quiero creer en algo más que un azar cruel con todos aquellos presentes en la fiesta de la vida. Solo conseguiré rendirme cuando dentro de mi solo aflore el terror de un dolor profundo desole cualquier ilusión naciente. Suelo enamorarme de imposibles, intentos kamikazes, objetivos inalcanzables. Suspiro por todo, desisto ante nada.
Pero al final siempre vuelve, ese sentimiento. Cuando todo es nada, la nada constituye un todo y yo solo quiero sentarme, cerrar los ojos y escuchar el tiempo pasar.
Y todo ello proviene de la existencia de días en los cuales no sé de donde ha provenido este desastre constituyente a mi persona. Sin embargo otros me siento invencible encima de un par de tacones y algo de carmín rojo en los labios.

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