"El escritor es un ingeniero del alma"

domingo, 24 de julio de 2016


Cuando éramos pequeños recuerdo que cada vez que llovía salíamos a una casa abandonada cercana para cazar esa especie de hormigas con alas que aparecen en esos días. Cogíamos las hormigas con mucho cuidado, las introducíamos en un tarro y hacíamos unas pequeñas ranuras para que los insectos pudiesen respirar.
Siempre me pregunté cómo se sentirían esos insectos dentro de aquel recipiente de cristal durante su estancia. Sentir que puedes respirar, que estás dentro de un espacio lo suficientemente amplio para moverte, pero observas la realidad deformada a través del cristal.
Descubrir que con el tiempo vas a sentirte cual insecto dentro de un tarro.
Respirando fuerte e intentando no olvidar la realidad sin la intermediación del cristal.

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