"El escritor es un ingeniero del alma"

domingo, 11 de septiembre de 2011


Entré sigilosamente en la cocina, comprobé que no había nadie cerca y me senté sobre la encimera… con la mirada perdida y el alma vacía, sabía que no era de esas cosas que curaba con un buen café.
Desde que soy pequeña cada vez que mis suspiros duelen suelo ir a la cocina y sentarme en la encimera a mirar a la nada… Pequeños secretos que nadie aprecia. Recuerdo que mi madre me sentaba allí mientras cocinaba y empezaba a hablarme sobre cualquier cosa sin importancia… y eso hacía que yo la atendiera y no pensara en nada más. Hoy en día me sigue gustando escucharla, y cada vez que no quiero pensar en nada más acudo a allí para ver como cocina...

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