Esta tarde nublada de julio, sumergida en el agua mientras mis tímpanos retumban al son de Marea el mundo no tiene lugar fuera de estas paredes y el único límite que conozco está marcado por el cielo.
Explícame donde están tus lujos y riquezas, el placer por lo caro y elaborado... Pero explícamelo después, cuando vuelva a tu mundo, porque el mío en este momento tiene paredes de goma y cloro; siento no poder escucharte desde este lado del paraíso.
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