"El escritor es un ingeniero del alma"

sábado, 2 de agosto de 2014



Catalogaron como de valientes mi actitud ante un barranco pedregoso una espléndida tarde de agosto. Me felicitaron porque, cámara en mano, me había atrevido a subir montaña arriba simplemente para captar un par de fotos y alguna que otra vista impresionante. Sin embargo, para mi, ser valiente tiene que ser mucho más. Hay que tener mucho menos. Menos dudas ante la vida, ante los obstáculos que nos vuelven a anclar a la decepción. Menos complejos para evitar los impedimentos que nosotros mismos nos presentamos. Menos miedo a todo lo que nos rodea.
Por ello, cuando alegaron que mi hazaña había sido digna de alguien valiente yo respondí que las batallas en la vida no se juegan en montañas, barrancos o tierras donde el peligro te acecha. Las grandes hazañas siempre se harán entre pareces, con quienes conoces o desconoces, en soledad, aprendiendo a superar todo lo que nos oprime de la verdadera felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario