Basta, se acabó. Me cansé de escuchar el llanto desconsolado como banda sonora de la vida. Comencé a horrorizarme por la ausencia de entusiasmo que la sociedad presenta ante grandes riesgos. Pasamos la vida imaginando algo mejor, deseando algo más. Dejamos que se pierda toda la posibilidad que tenga cualquier esperanza de florecer en nuestro interior. Pero queremos más. Y mejor.Deseamos más dinero, más tiempo libre, alguien que nos quiera y alguien que nos quiera mejor de lo que lo hace, más amigos, más sueños cumplidos...Más.
En cambio ¿qué haces tú para mejorar la situación? Nada, solo querer y llorar. Esperar a que un día de repente y por arte de magia todo lo que deseas aparezca ante ti caído del cielo. Pero te diré un secreto: no hay más. Y por mucho lamento y desolación que expreses nada de eso cambiará. Acepta, aprende y sigue adelante.
Porque si vas a pedir algo, que sean fuerzas para seguir luchando.
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