"El escritor es un ingeniero del alma"

domingo, 15 de marzo de 2015



Escuché una vez que la mejor medicina para el alma es una sonrisa. Lo cierto es que debido a los últimos sucesos acontecidos en mi vida puedo afirmar que reír sana, pero he descubierto que hay algo mucho más poderoso que cualquier sonrisa: el amor.
En medio de la noche fría, somnolienta ante la espera de un sueño que quizá nunca llegue te preguntas qué has hecho a lo largo de todos tus días para que hoy te encuentres en este estado. Sola, arrugas otra hoja de papel ante el intento fallido de lograr palabras que signifiquen algo más que coherencia gramatical. Sientes que nada hará que entre el dolor y la oscuridad aparezca un soplo de esperanza indicando que existe algo más allá de la cruel realidad.
Tumbada observando el blanco techo escuchas el sonido de un timbre que rompe las paredes inundando el silencio con algo de ruido. Sigilosamente te acercas a la puerta esperando que todas aquellas historias contadas en los libros de asesinos en serie nocturnos y sucesos paranormales no sean más que meros cuentos en mentes ajenas al mundo real. Pero aún conmocionada entre la duda y el miedo decides abrir la puerta.
Y allí está él.
Su sonrisa acaba eclipsando cualquier otro foco de luz existente en el pasillo. Mientras avanza hacia ti rodeándote en sus brazos te preguntas por qué no habrá nadie que pueda recoger este momento para la posteridad. Este eterno momento. Cuando el dolor se esfuma poco a poco a medida que te acercas. Cuando me enseñas que existe algo más que la cruel realidad.
Y no puedo quererte más.

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