"El escritor es un ingeniero del alma"

martes, 17 de marzo de 2015



Me perdí entre el horrible sentimiento de saberme animal mortal y terrenal como límite de mi persona. Me hicieron creer que la realidad es todo lo que hay, aquello que ves, alegando que cualquier cosa más allá de lo palpable o argumentable no es más que meras quimeras de locos soñadores. Hundirse en un mar de frustraciones basadas en materialidades existentes dentro de una sociedad que día a día se pone a prueba ante la degradación de unos principios por los que cientos de años se defendieron con la vida misma.
Bien, acepto vuestro sistema basado en la pertenencia de objetos que nos convierten en seres cuya única aspiración se base en acuñar cientos de aparatos con el fin de hacernos creer que estamos acompañados mientras nos aislamos voluntariamente.
Pero lo que nunca conseguiré asumir es que solo tengo una vida, una oportunidad para hacer aquello que deseo o un tren que decide que ya pasó el momento decisivo. Porque creo que tengo una vida en las que caben muchas vivencias. Poseo miles de oportunidades, algunas de ellas para mejorar y otras para remendar aquello que hice o no llegué a hacer. Dime, si no lo puedo solucionar, ¿para qué preocuparme ya? Si no espero en ninguna estación y soy yo quien decide cuando no coger ese tren.

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