"El escritor es un ingeniero del alma"

domingo, 12 de abril de 2015




Fingiremos que todo sigue bien hasta que nuestras almas comiencen a desprender el hedor a putrefacción proveniente de un ser al que la vida se le descompone por momentos. Continuaremos mirándonos con desdén mientras recreamos sonrisas falsas para hacerles creer que somos menos infelices dentro de nuestra amargura común. Defendamos esos principios que tanto nos definen para luego poder deshacernos en casa de todas las ideas que marquen algún signo de identidad propia.
No creo en una sociedad que utiliza pastillas de la felicidad para ser menos infelices. Desconfío de aquellos que tan solo tiene la capacidad de pensar en su propia persona.
Dejé los sueños en alguna esquina de la ciudad y ahora no sé donde volverlos a encontrar. Perdí las ilusiones paseando entre mis miedos en las largas noches de dolor. Robé el tiempo de aquellos que creían quererme por creerme imprescindible en un mundo donde todos, absolutamente todos, no seremos nada más que sombras.

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